jueves, 4 de marzo de 2010

Esto no es nada Claro




Que las compañías telefónicas son un karma, no es nuevo.
Pero lo ocurrido con Claro, no solo es poco claro, sino que bochornoso e impresentable.

Soy usuaria de la compañía desde que se llamaba CTI, que tenía mucho de compañía telefónica, pero muy poco de inteligente, conclusión a la que arribe cuando quise incorporar mi línea a la de la flota de la empresa en la que trabaje por 4 años. En vez de hacer el tramite de esa manera (agregando mi línea a la cuenta de  la empresa) lo hicieron al revés!!! Y me transfirieron a mí la línea del Gerente General, que hablaba hasta por los codos!!

Después de ese episodio comprendí que esta empresa se dedica a arruinarte la paz sin más, y no tienen la más mínima intensión de repararte los daños causados por su inoperancia, ya que jamás reconocieron su error.

A partir del día viernes 26 de Febrero comencé a tener inconvenientes para recibir mensajes de texto, que muchas veces son fundamentales en el momento que llegan, y no más tarde, y menos que menos nunca.
Este inconveniente perduró durante todo el fin de semana, pero fue advertido por mí cuando varios usuarios de distintas compañías me comentaron que me habían enviado mensajes y que yo nunca los había contestado.

Entonces el martes decidí tomar cartas en el asunto.

Realicé 8 intentos de comunicación, los cuales fueron interrumpidos por el malísimo servicio que brinda la empresa, en ese momento me imaginé, si no pueden mantener la comunicación de un llamado a Atención al Cliente, que se puede esperar del resto, no?

Una vez que logre, por fin, comunicarme con alguien que pudiera mantener la comunicación e intentar resolver mi problema, escuche del otro lado de la línea “Acá figura todo ok señora, pero por las dudas, borre los mensajes, apague y prenda el aparato y mándese un mensaje a ud misma”

Corte. Realicé los pases que me indicaron, y el mensaje nunca me llegó.

Tras 8 nuevos intentos fallidos de establecer comunicación con Atención al Sufriente, estaba más embroncada que al principio.

Ni lerda ni perezosa, me mande para un local de atención y venta.

Mi exasperación y sorpresa tocaron techo. La chica tras el mostrador luciendo el fastuoso uniforme blanco y rojo, me informó que alguien había inhabilitado el servicio de recepción de mensajes en mí línea. (WTF!!!)

Ahí mismo y sin meditar, comencé a esbozar todo tipo de improperios contra la falta de respeto que esta empresa viene cometiendo contra mi persona desde hace más 5 años. Y solicite mi número de reclamo, que ahora luce muy orondo sobre mi mesa de luz.

En breve, abandonare esta compañía tan clara, para claudicar en las garras de alguna otra, más personal, que seguramente me traerá dolores de cabeza nuevos.

NaRa