viernes, 5 de noviembre de 2010

Eramos pocos y...

Siempre viví en el mismo barrio; para los vecinos soy la hija del Tano o la nieta de La Ñata (y el que no lo sabe, con solo verme ya lo sospecha) Conozco absolutamente a todos los vecinos, los nuevos (yo ya estaba cuando llegaron ellos) y los viejos (ellos me vieron llegar) Conozco cada uno de los ruidos y de los movimientos, se a que hora abren la panadería, la farmacia y el puesto de diario de la esquina también se que hay en las góndolas de la estación de servicio (marca holandesa) que le da vida a la cuadra.

Yo se que en los barrios hay de todo como en botica, digamos, con esto no descubro la pólvora. Pero... yo no se si a todo el mundo le paso alguna vez algo cómo: levantarse con el bramido de una oveja... Sí, tal como lo leen, hace algunos años un vecino trajo una oveja (No  quiero ni pensar para que la quería) La pobre vivía atada en el fondo en un gran taller mecánico, lindero a mi casa. Cuando lo contaba a mis amigos no lo podían creer, y entonces armaban excursiones a mi casa para trepar a una escalera y ver a la pobre lanuda y sucia oveja del vecino mecánico. Los bramidos a media tarde se habían vuelto cotidianos y así como vino, un día se fue (o la fueron en Navidad)

Luego vinieron los perros de mi vecino, que siempre se han caracterizado por ser de "ladrido tupido", de esos perros que donde cae un alfiler ladran, ladran y ladran sin parar, así fue el primero y cuando tuvieron que sacrificarlo pensé que "muerto el perro se acabo la rabia" pero no, más bien resulto ser "a rey muerto, rey puesto" ya que al poco tiempo apareció su sucesora, una perra con ojos azules y mirada fría que tiene como hobby ladrar en la ventana de mi comedor. A esto no logro acostumbrarme y esta claro que es una de las cosas que menos voy a extrañar cuando me vaya!

La frutilla del postre vino a ponerla esta semana mi vecina de a la vuelta. El lunes a la mañana creí que lo había soñado, pero el miércoles me desperté inusualme una hora antes de lo que debía (muy difícil que pueda abrir un ojo antes de que suene el despertador) Y volví a escucharlo.... No podía creer que eso estuviera pasándome a mí: Un gallo cantor en plena ciudad!!!! Cómo no podía creerlo, subí a la terraza y me asomé, escalera de por medio, y ahí estaba paseándose alrededor de la pileta, con su cresta roja y su canto listo para volver a aturdirme. ¿Puede ser que justo ahora que llega el verano y a las 5:30 ya amanece aparezca un gallo en el barrio? No se como voy a dormir mañana sábado sabiendo que 5 horas antes de lo que tengo previsto madrugar voy a escuchar a este animal nuevamente, ya que dudo que al pobre gallo le hayan explicado la diferencia entre días laborables y fin de semana.

Alguien sabe si puedo denunciar a la vecina desubicada por ruidos molestos si o existe algún tipo de ordenanza que impida la tenencia de este tipo de animales en la ciudad?

Sepan que no quiero matarlo, después de todo, la culpa no la tiene el gallo, sino el que le da de comer!!!

NaRa