viernes, 19 de marzo de 2010

¿Dónde hay música?



Desde muy, muy chica, he vivido inmersa en un mundo musical. Los más variados géneros e interpretes se daban cita en el tocadiscos familiar, o en el equipo reproductor que mis padres tenían en mi casa.

Sandro, y Los Beatles han sido mis primeras melodías, incluso antes que las canciones de María Elena Walsh. Completaban aquel repertorio Roberto Carlos, José Luís Perales, Los iracundos, Zas, Los Abuelos de la Nada y Charly García, sí, sí... que mezcla!!!

Creo que no ha pasado ni un día de mi vida en el cual no escuchara música, sea cual fuere; Y cuando me tocó empezar a armar mi propio recorrido durante los jóvenes 90, la explosión de artistas latinos hizo que mi oído se inclinara hacia estos interpretes, a veces productos del mercado y otras producto del apellido de sus padres.

A pesar de esa tendencia hacia las melodías pop y los sufrientes boleros, que me demostraban que no era solo yo quien sufría de amor por la vida, el rock nacional siempre estuvo presente entre mis gustos, gracias a la influencia de mi madrina, quien me enseño desde muy gurrumina las letras de los temas de Los Abuelos de la Nada, Zas y Charly; así fue como muy de a poco le fui tomando especial cariño a este último.

A medida que fui creciendo pude descubrir el rock nacional, como género y como pedazo de la historia argentina y allí, la impronta de Carlos García Moreno perpetuada a lo largo de tantos años; así fue como aún yo gastaba mucho dinero en artistas extranjeros que llenaban estadios una vez cada dos años, y dejaba pasar los años más alocados de este genio.

El amor me alejo del pop y me reencaminó en el sendero del rock, y así fue como mis oídos se llenaron de sonidos Sónicos por complicidad, y sonido Estelar, por elección; mientras que las vueltas de la vida hicieron que la primera y única vez que pude ver a Charly fue en un show de los Ratones Paranoicos durante un festival, dónde apareció sorpresivamente, y momento en le cúal mi alma brincó de regocijo por verlo arriba de ese escenario, a pesar de que su estado no era el mejor.

El tiempo pasó y lo que ocurrió en los últimos dos años en la vida del músico es de púlico conocimiento.

Esta noche cuando las luces del Luna Park se apaguen, el Díos del rock y yo nos encontraremos en una nueva misa, dónde redimiré mis pecados de las elecciones musicales pasadas.

Buen sonido, una noche hermosa y buen humor, porque con todo eso y viento a favor, es muy probable que la gloria diga esta noche PRESENTE
NaRa