lunes, 5 de julio de 2010

Cumplir las reglas ¿o no?

Días atrás, después de ver una de esas películas hollywoodenses bien pochoclera, protagonizada por 4 mujeres, amigas, que viven en Nueva York, hubo algunas reflexiones, más profundas, que vinieron a mi mente.

Esta sociedad nos enseña de chicos algunos mandatos, que la gran mayoría repite sistemáticamente, más de una vez sin pensar en ellos, y en sus consecuencias...
Pero, existen personas que se permiten replantearse esos mandatos, analizarlos y tomar por otro camino.

Lamentablemente, no estamos preparados para escuchar o conocer otra forma de mirar las cosas. A caso será que esta sociedad aún no comprende que la vida de todos y cada uno de nosotros es un objeto de diseño, apto para ser moldeado como mejor a uno le guste? (Siempre y cuando no joda al resto, claro está)

Seguramente a esta altura hay algunos que estén asociando mis palabras con un tema muy candente por estos días... no, no estoy hablando del matrimonio y la adopción de bebes por parte de personas del mismo sexo (Hecho que apoyo fervientemente)

Estoy hablando de algo tan simple como decidir no tener hijos. La gente suele mirarme de un modo extraño, y la primera frase que me suelen decir es Eso lo decís ahora Suena a obviedad, este es mi aquí y ahora, tiempo en el que pienso y siento que no quiero tener hijos.

Una de las contradicciones de mi vida es que me encantan los chicos, en especial hasta que tienen 5 o 6 años; a pesar de ello no me siento capacitada para criar a otra persona, ni dispuesta a abandonar toda una vida que moldeé a mi antojo, por la llegada de otra persona. Muchos podrán pensar Que egoísta Puede que sí, pero prefiero no engañarme, no traicionar lo que siento y pienso con el único fin de encajar en los modelos que esta sociedad nos da. En definitiva, prefiero hacerle caso a mis sentimientos y no condenar al sufrimiento a un ser humano.

¿Instinto maternal? No se si existe, no se si tengo... Pero de algo estoy segura, no necesito convertirme en madre para sentirme más mujer, y mucho menos para sentirme una persona completa. Esta vez, no cumplo las reglas

NaRa