lunes, 7 de junio de 2010

Discipula de Moreno


De chica fui chusma y muy curiosa. Quería saber todo lo que pasaba a mí alrededor, y al mismo tiempo hablaba hasta por los codos. Mi vocación se fue definiendo con ayuda de un bochazo en le ISER (Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica) y algunos programas de investigación periodística muy rimbombantes y monopólicos de la época del menemato, cuando las cámaras ocultas se pusieron de moda.
Allí comencé a darme cuenta que la investigación, y contar lo que está ocurriendo era lo que me gustaba; o por lo menos eso creía en ese momento.
Después de hacer el intento por el sádico ISER, donde no logre entrar, un destino universitario me esperaba. Me hice camino entre los pasillos y las mesas de agrupaciones en la sede del CBC de Avellaneda. Luego de un año había metido las 6 materias, y la sede Parque Centenario ya me estaba esperando, y yo no estaba dispuesta  a volver a frustrarme con bochazos en el ISER.
Mientras avanzaba con las materias de los dos primeros años, iba realizando distintas prácticas profesionales. Así es como conocí estudios de radio y de tele, el detrás de cámara y de micrófono me sedujo más que el frente.
Avanzar entre la semiótica, la historia y las materias prácticas de la carrera de Cs de la Comunicación me llevo a aprender y conocer diferentes cuestiones en materias diversas. Desde leer textos sobre filosofía Zen, hasta aprender a manejar el photoshop… así de ecléctica, así de variada es la carrera más linda que existe (al menos para mí) Aunque muchas veces me haya preguntado ¿Qué hago estudiando esto? El día que salí del aula después de haber defendido mi último trabajo práctico, todo cobró sentido; pero como venía diciendo la carrera me llevó a distintas costas, y el periodismo quedó relegado como opción profesional, aunque más de una vez lo haya ejercido, y no con disgusto, pero otras atracciones iban de a poco marcando mi camino profesional.
Cuando puedo, y casi siempre es menos de lo que me gustaría, sigo reportando, alguna inundación, algún corte de luz, un recital, un estreno, o alguna situación particular y fuera de lo común, que esas son a mi entender las razones mismas de ser un periodista, poner el ojo en el hecho extraordinario. Por eso me siento una discípula de Mariano Moreno.
Para todos aquellos que a su modo y desde el medio que sea, pero con los valores morales marcando el rumbo, ejercen esta hermosa profesión FELIZ DIA!!!



NaRa